domingo, 8 de diciembre de 2019

Muros de Nalón - Soto de Luiña

Esta etapa es muy cortita (15,3 km) pero, en condiciones ideales (fecha adecuada y buen tiempo), puede ser una maravilla.

Se sale de Muros de Nalón por un bosquete y, tras un corto paseo de 4 km, nos encontramos con el primer pueblo con servicios: El Pitu, perteneciente al Concejo de Cudillero. Si hacemos esta etapa en verano, es posible que esté abierta la Quinta Selgas, que es un pequeño Versalles. Se trata de un complejo de edificios y jardines que pertenece a la Fundación Selgas-Fagalde. Es una delicia y recomiendo hacer una planificación para hacer esta etapa un día que esté abierto. Está prohibido sacar fotos en su interior, por lo que recurro a la red, principalmente a su sitio web. Cuando estuve, había unas guías encantadoras, recién graduadas en historia del arte, dispuestas a responder las preguntas (quizás la más frecuente es la de si los propietarios eran indianos, que no lo eran). Las partes que componen son:

  • Un palacio de finales del siglo XIX, que tiene una extraordinaria colección de arte y una refinada muestra de mobiliario, orfebrería, porcelana, etc.




  • Un pabellón con tapices de los siglos XVI y XVII, casi todos sobre temas bíblicos.



  • Un museo escolar, que acoge objetos didácticos que se usaban en la primera mitad del siglo XX de la Escuela Selgas, entidad benéfica que acogía a niños y niñas del concejo. Pueden encontrarse carteles, aparatos para enseñar ciencias naturales, etc.



  • Tres grandes jardines: uno de estilo francés -muy geométrico y ordenado-, uno inglés -con la naturaleza más salvaje y menos intervención humana- y otro italiano -con esculturas y agua-.

Jardín francés
Jardín italiano
Jardín inglés

Como los peregrinos solemos madrugar y, en las fechas en las que está abierto, la apertura suele ser hacia las 11:00,  puede hacerse tiempo haciendo un desvío de 1,8 km para ver Cudillero, considerado por muchos el pueblo más bonito de Asturias. Por este motivo dije en la entrada anterior que El Pitu era el final ideal, aunque advirtiendo de que hay pocas plazas en el albergue privado de peregrinos.



De los poco más de 10 kilómetros restantes, poco hay que decir. Solo se pasa por dos aldeas y, con buen tiempo, puede disfrutarse de bonitos paisajes asturianos, aunque también de algunos momentos ingratos por asfalto o bajo viaductos de la Autovía del Cantábrico.


La llegada a Soto de Luiña resulta muy grata, por el buen trato que dispensan en su albergue municipal, situado en las antiguas escuelas. Del pueblo, lo más interesante es su iglesia (s. XVIII) y su antiguo hospital de peregrinos (s. XVIII), aunque, en la fecha en la que estuve (julio de 2019), el horario para visitar el interior de la iglesia era muy limitado.



Saludos cordiales y buen Camino,




domingo, 24 de noviembre de 2019

Avilés - Muros de Nalón

Saliendo de Avilés, creo que el final de etapa ideal de es El Pitu (27 km), por unos motivos que diré en su momento, pero tengo que advertir que hay muy pocas plazas en su único albergue de peregrinos, por lo que muy pocos podrán hacerla, salvo que se busque un alojamiento alternativo no tan económico. Por lo tanto, voy a recomendar como opción más realista dormir en Muros de Nalón (23 km), que tiene algunos albergues privados.

El perfil de la etapa es ondulado, pero no excesivamente duro. Cuando salí de Avilés, el día estuvo muy gris y no me salieron bien las fotos por falta de luz, así que recurro a fotos de internet, excepto la última, en la que tuve algo más de suerte.

Fuente: Eroski

El primer tramo de la etapa, hasta Piedras Blancas, es algo soso, aunque nos permite despedirnos del precioso casco histórico de Avilés. Después de andar algo menos de tres kilómetros, en una zona residencial llamada Campo del Conde, hay que tomar una elección: girar a la izquierda o a la derecha. Por la izquierda es el Camino oficial que, además, es más corto. Por la derecha, puede irse a la localidad de Salinas, que permite disfrutar del mar, aunque haciendo algo más de dos kilómetros de propina.

Fuente: elcaminodesantiagodesdeasturias.blogspot.com

Silueta de Salinas


En este tramo, es conveniente reponer fuerzas en Piedras Blancas (o en Salinas, si se desea hacer este desvío), pues después hay un largo trecho de 12 km sin servicios.

Una vez que se sale de Piedras Blancas, el Camino mejora y puede disfrutarse de un tramo agradable por el bosque hasta llegar a Santiago del Monte, un pueblo sin servicios con una bonita iglesia parroquial, situada junto a un castaño centenario.



Tras abandonar este pueblo, nos adentramos de nuevo en un bosque de eucaliptos, que recorremos durante poco más de 5 kilómetros para llegar al siguiente pueblo, también sin servicios, que es El Castillo, desde donde pueden disfrutarse de buenas vistas al castillo de San Martín que le da nombre y a la Ría del Nalón.


Un kilómetro más allá está Soto del Barco, en donde resulta casi obligatorio parar en alguno de sus bares y, si se quiere, se puede pasar la noche en un hotel de cuatro estrellas ubicado en el Palacio de la Magdalena.

La salida de Soto del Barco resulta, en mi opinión, bastante ingrata, porque hay que caminar unos 2,5 km por una carretera y pasar un puente sobre el Nalón por un estrecho e incómodo paso entre la barandilla y un quitamiedos.



No mucho después, podemos huír de la carretera pagando el peaje de una fuerte subida para llegar a Muros de Nalón, localidad de algo más de mil habitantes y final de etapa para muchos peregrinos. Además de la playa, para lo que hay que andar unos 2 km, son dos los principales atractivos de Muros de Nalón: en primer lugar, la plaza del Marqués de Muros, en donde se encuentra el Ayuntamiento, la iglesia y algunas casas populares y, en segundo y principal lugar, el palacio de Valdecarzana y Vallehermoso, del siglo XV.





Saludos cordiales y buen Camino,

domingo, 21 de julio de 2019

Oviedo/Uvieu - Avilés

Como se dice en la descripción, este blog no pretende ser un diario de viaje (hay muchos en la red) ni una guía del Camino, que las hay excelentes (Gronze, Anaya o Buen Camino), sino que nació para tratar de qué ver y hacer en las etapas del Camino, poniendo especial atención al patrimonio natural o artístico. Por lo tanto, voy a hacer unas pinceladas de esta etapa, de unos 29 km, que no tiene mucho que comentar, para centrarme más en Avilés, una ciudad que sorprende muy agradablemente a los que la visitan, por su precioso casco medieval.

Típicos soportales de Avilés

Para los peregrinos, los momentos más ingratos suelen ser las entradas y salidas de las ciudades, salvo algunas excepciones, como las deliciosas entradas de Pamplona y Burgos (por la variante no oficial de Fuentes Blancas), la salida de Vitoria o la entrada y salida de San Sebastián. En este caso, salimos de una ciudad y entramos en otra, lo que hace que sea una etapa bastante pesada, aunque con un final feliz y algunos tramos agradables.

Lo bueno de la salida es que podemos ver una vez más la Catedral del Salvador y la fuente de Foncalada, de las que hablé en la anterior entrada. Después de abandonar Oviedo, la etapa transcurre por carreteras locales hasta llegar a Posada de Llanera, un pueblo de algo más de tres mil habitantes que, el primer fin de semana de julio, celebra una interesante fiesta de interés turístico regional, en la que se hace representación teatral de un hecho histórico: una sublevación de la población contra los abusos del obispo. Pongo un enlace que recomiendo visitar: Perxuraos (excomulgados).

Tras salir de Posada, tiene lugar el tramo más agradable de la etapa: la subida y bajada al Alto de Miranda y, a partir de ahí, los últimos 8 km son una tortura en la que hay que caminar por una acera junto a una carretera.

Pero, como he dicho, esta etapa tiene final feliz, pues Avilés tiene mucho para ver. En primer lugar, tiene un magnífico casco histórico que fue declarado en 1955 Conjunto Histórico-Artístico. El corazón del centro está en la Plaza de España, en donde se encuentra el Ayuntamiento (s. XVII) y el Palacio de Ferrera, de estilo barroco (s. XVII), que hoy es un hotel de cinco estrellas.

 Ayuntamiento
Palacio de Ferrera

Además de esta plaza, el centro histórico cuenta con un conjunto de calles peatonales con preciosos soportales, como las calles Galiana y Rivero. Además de sus soportales, en el centro puede disfrutarse de varias iglesias, palacios y casas blasonadas.
 Iglesia de San Nicolás de Bari (gótico, s. XIV)
 Iglesia de los Padres Franciscanos (románica, s. XII)
 Iglesia de Sabugo (románica, s. XIII)
Palacio de Camposagrado (barroco, s. XVII)

También en el centro, aunque no estrictamente en el centro histórico, hay edificios señoriales más modernos, de principios del s. XX, pero que también merecen la pena, como el teatro Palacio Valdés o el Palacio Balsera (actualmente el Conservatorio de Música), además de la iglesia neogótica de Santo Tomás de Canterbury o de Sabugo.

 Teatro Palacio Valdés
Palacio de Balsera
Iglesia de Santo Tomás de Canterbury o de Sabugo

Además de visitar la arquitectura del centro histórico, para relajarse, recomiendo dos parques: el de Ferrera y el del Muelle. El primero de ellos, situado en pleno centro, es mucho más grande. Es un gran parque de estilo inglés que pertenecía a los marqueses de Ferrera, pero que, afortunadamente para los avilesinos y visitantes, pasó a ser un parque público en 1976. El Parque del Muelle es de tamaño más bien mediano, pero es agradable para descansar e interesante por sus estatuas, como la de la Foca o la de Pedro Menéndez de Avilés, que fue el primer Adelantado de Florida.


Parque de Ferrera
Parque del Muelle

Por último, pero no menos importante, recomiendo encarecidamente visitar el Centro Niemeyer, una donación que hizo el célebre arquitecto Oscar Niemeyer (1907-2012) con motivo del XXV aniversario de los Premios Príncipe/Princesa de Asturias, que obtuvo en 1989. Fue inaugurado en 2011.

Niemeyer, conocido especialmente por sus emblemáticos edificios de Brasilia, fue discípulo de Le Corbusier pero, a diferencia de su maestro, prefería la curva a la recta, como se ve claramente en esta obra, que consta de tres elementos: una cúpula, un auditorio en forma de ola y una torre. La cúpula y el auditorio están unidas por una pasarela ornamental que representa un río desde su nacimiento (la cúpula) hasta su desembocadura (el auditorio). La torre, por su parte, simboliza un árbol.



Su interior es muy interesante y representa la ideología comunista del autor. Por ejemplo, en el auditorio no hay palco ni anfiteatros y, en todo el suelo, hay una moqueta roja. Además, desde la torre hay magníficas vistas de la ciudad y su ría.

En definitiva, aunque la etapa Oviedo - Avilés es más bien pesada (y, según me han dicho algunos peregrinos, ocurre algo parecido con la Gijón - Avilés), tiene un final muy gratificante.

Saludos cordiales y buen Camino,

viernes, 19 de julio de 2019

Oviedo/Uvieu: encrucijada de caminos

Oviedo, capital del Principado de Asturias, es una encrucijada de Caminos: fin del Camino del Salvador (León - Oviedo), comienzo del Camino Primitivo y posible final de etapa del Camino de la Costa. Si se está haciendo el Camino del Norte, poco después de salir de Villaviciosa, las guías suelen proponer tres alternativas: 

a) Ir a Gijón y Avilés sin pasar por Oviedo.
b) Ir a Oviedo y continuar por el Camino Primitivo.
c) Ir a Oviedo y regresar al Camino de la Costa enlazando en Avilés.

A estas tres alternativas, si se quiere conocer las dos grandes ciudades asturianas, añado una cuarta opción: ir a Gijón y, al día siguiente, tomar el primer tren o autobús a Oviedo para luego regresar a Gijón o caminar a Avilés. En cualquier caso, desaconsejo la opción a) y recomiendo visitar Oviedo, que necesita dos días para conocerse bien. Aunque este blog no es de turismo y. tal y como he dicho varias veces, recomiendo siempre visitar las oficinas de turismo y no usar este blog como un sustituto de ellas, voy a dar unas breves pinceladas de lo que pueden visitar los peregrinos en Oviedo. Repito: breves, porque para hacer un reportaje completo de Oviedo necesitaría más de un artículo y decenas de fotos.

He viajado a Oviedo varias veces aunque solo una para hacer el Camino y siempre me sorprende encontrar hoteles a buen precio y una ciudad que no está masificada de turistas. Ignoro si es por la climatología (no es raro que llueva) o porque la gente desconoce que es una de las ciudades más bonitas de España (en mi novela, de la que se pueden leer los primeros capítulos en un enlace que hay a la derecha, digo por boca de uno de mis personajes que es una de mis ciudades favoritas), en las que los amantes del arte pueden encontrar desde monumentos prerrománicos hasta una colosal obra de Calatrava, uno de los mejores museos de Bellas Artes de España y una gran cantidad de esculturas urbanas.  

Una cosa que sorprende de Oviedo es la gran cantidad de calles peatonales (incluso para uno de Vitoria, que también tiene abundante zona peatonal), de bonitas fuentes ornamentales y de magníficas esculturas urbanas figurativas. Las esculturas más fotografiadas son, probablemente, las de la Regenta (cerca de la Catedral) y la de Woody Allen (en el Ensanche), pero hay muchas otras, como la Maternidad de Botero, Tino Casal, etc., que hacen que la ciudad sea un museo de escultura al aire libre.



Comenzando por el casco histórico, su monumento estrella es, sin duda, la Catedral gótica que, además de ser magnífica por fuera, guarda en su interior uno de los mejores retablos que hay en España, junto con los de Toledo y Sevilla.




Además, desde dentro puede accederse a la Cámara Santa, un edificio prerrománico en el que se encuentran varias reliquias (en las que yo no creo), siendo la más notable el Santo Sudario (un pañuelo con manchas de sangre que, dicen, cubrió la cara de Jesús) y, sobre todo, tres tesoros de orfebrería prerrománica: la Cruz de los Ángeles, la Cruz de la Victoria y la Caja de las Ágatas. Por la presencia del Santo Sudario, se dice que quien va a Santiago y no al Salvador, visita al lacayo e ignora al señor.

Arca Santa y el Santo Sudario
 Cruz de los Ángeles
 Cruz de la Victoria
 Caja de las Ágatas

Además de la Catedral, es necesario callejear por el resto del Casco Histórico. Aunque no tiene desperdicio, tengo especial debilidad por la Plaza de la Constitución  en donde está el Ayuntamiento y la iglesia de San Isidoro y la animada Plaza del Fontán aunque, insisto, recomiendo recorrerlo en su integridad, prestando atención a todas sus iglesias, casas, palacios, universidad y esculturas urbanas. Si el tiempo lo permite, recomiendo visitar su magnífico Museo de Bellas Artes, uno de los mejores de España que, además, es gratuito. Pongo como muestra un cuadro titulado Agosto, de un pintor vitoriano (Ignacio Díaz de Olano) que, aunque excelente, es poco conocido fuera de mi ciudad.





Oviedo también cuenta con monumentos prerrománicos que son Patrimonio de la Humanidad. A pocos minutos andando del centro podemos ver la Fuente de Foncalada (creo que el único monumento civil prerrománico) y la iglesia de San Julián de los Prados o Santullano que, además de ser bonita por fuera, cuenta con preciosas pinturas murales con motivos geométricos y edificios de la Jerusalén celestial, pero no con figuras humanas ni animales.




Ya bastante alejadas del centro, tenemos las famosísimas iglesias de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, a las que se puede ir en autobús. Con tiempo, los peregrinos pueden subir andando los tres kilómetros de puerto del Alto del Naranco, en donde hay una gran estatua de un Cristo con los brazos abiertos.

 Santa María del Naranco
San Miguel de Lillo

También es una delicia pasear por el Ensanche de Oviedo, en el que podemos disfrutar del gran Campo de San Francisco y pasear por sus calles peatonales, en donde podemos ver el famoso Teatro Campoamor en donde se entregan los Premios Princesa de Asturias, aunque, en mi opinión, ese edificio no es especialmente bonito, grandes edificios señoriales y casas modernistas o de Art Déco.

Plaza de la Escandalera, con La Maternidad, de Botero
Culis Monumentalibus, cerca del Teatro Campoamor (izquierda de la foto)
Casas del Cuitu, en la calle Uría
Casas de la calle Uría. De este tipo, hay varias en el Ensanche
Casa de los Azulejos


Para finalizar este artículo, hago mías estas palabras de Woody Allen: "Oviedo es una ciudad deliciosa, exótica, bella, limpia, agradable, tranquila y peatonalizada; es como si no perteneciera a este mundo, como si no existiera... Oviedo es como un cuento de hadas".

Saludos cordiales y buen Camino,