martes, 12 de febrero de 2019

Camino del Salvador


PEREGRINOS

Un ermitaño llamado Pelayo, observando resplandores misteriosos, descubre el “arca Marmárea” con los restos del Apóstol Santiago y dos de sus discípulos, en un campo llamado Campo de las estrellas, lo que hoy se conoce como Compostela.

El obispo de Iría Flavia Teodomiro, visita la corte Ovetense de Alfonso II el Casto, para informarle de tan fenomenal suceso.

El monarca organiza un viaje a este lugar rodeado de sus principales nobles, y al llegar al citado "Campo de Estrellas" (Compostela) manda la construcción de una pequeña iglesia de estilo asturiano.

Esta fue la primera peregrinación a Santiago por el camino primigenio hoy llamado  camino  Primitivo y Alfonso II se convirtió en el primer peregrino en hacer esa ruta.

Alfonso da cuenta a Carlomagno de tan importante descubrimiento y éste lo propaga por toda Europa.

El rey Alfonso manda trasladar del Monsacro el arca con las reliquias a la cámara santa que construyo en la  catedral de Oviedo.

Esta arca contenía tal número de reliquias y de tal importancia que los peregrinos que iban a visitar la tumba del apóstol, veían necesario venerar estas reliquias en la catedral de Oviedo, convirtiéndose en el segundo lugar más importante de peregrinación, dando lugar al Camino del Salvador.

Encuentro tres  motivos principales para que una persona emprenda la decisión de convertirse en peregrino, la devoción, la penitencia y la aventura.

En la edad media muchos eran los peregrinos que por devoción hacían este camino, pero no eran la mayoría, ya que es muy difícil, tanto por cultura como por medios, que alguien abandonase todo, para afrontar el camino.

La mayoría de los peregrinos lo hacían por penitencia.

Una gran parte de los peregrinos serian reos de graves pecados, obligados por la fuerza a vagar de iglesia en iglesia hasta ver redimida su culpa.

La vida de esos peregrinos no podía ser más dura, afrontando el camino a expensas de la caridad.

A muchos de ellos se les prescribía efectuar la peregrinación observando el ayuno, solo comiendo agua pan y legumbres, a excepción de los días festivos.

Aventureros, penitentes o devotos, los peregrinos se veían expuestos a innumerables problemas en su camino.

Empleaban varios meses en realizar ese camino, lo que servía en algunos casos para curarse de la enfermedad que traían al haber comido en sus países pan infectado por el cornezuelo del centeno y atribuyendo el milagro a la propia peregrinación, lo que daba lugar al aumento de peregrinos.

Otros muchos  peregrinos enfermaban y requerían los cuidados en los hospitales de peregrinos que por el camino encontraban.

Desde todas partes de Europa venían peregrinos a España y es en el siglo XII cuando aparece la primera guía del Camino, el Códice Calixtino que narra el viaje que hizo Calixto II, desviándose por las provincias de Vascongadas y Asturias.

En él narra historias de remotas montañas y de hombres feroces que aparecen por todas partes para hacer daño, de senderos inaccesibles entre peñascos, maleza y lugares desiertos, otras veces imponen fuertes  tributos en los portazgos insultándoles y golpeándoles si se negaban a pagar.

Por ello es fácil suponer que en la edad media las peregrinaciones colectivas eran  más frecuentes que en siglos posteriores.
Es de imaginar que a Oviedo llegaran en tropel, entrando por los barrios de San Lázaro y San Cipriano.

Una gran cantidad de curiosos irían a  esperar la llegada de los peregrinos y los acompañarían en la entrada de Oviedo por la actual calle de Cimadevilla, acompañados de candelas y metiendo cierta bulla que no agradaba mucho a los escasos vecinos de la tranquila ciudad de Oviedo.

Imaginémonos la llegada de estas caravanas de peregrinos a una ciudad que apenas tenía 900 vecinos.

Los peregrinos, fatigados por el viaje, cubiertos de sudor y de polvo, entonando sus rezos y cánticos, hablando entre sí a veces en lengua extranjera con sus capas, sombreros  y bordones.

Muchos irían a hospedarse  en el hospital de San juan, mientras que otros lo harían en los distintos hospedajes de la ciudad.

A la mañana siguiente los peregrinos se dirigían al templo del Salvador y a la Cámara Santa a venerar el famoso tesoro de las reliquias.

Desde el siglo XVI conocemos la existencia de ciertas esquelas con el inventario de las reliquias, que se repartían a los peregrinos y que eran un importante testimonio de haber realizado el Camino del Salvador.

La importancia en el siglo XVI de la peregrinación a Oviedo la podemos comprobar al leer en documentos que en 1.591 se repartieron en Oviedo 29.310 buletas, que eran esas esquelas con la relación de las reliquias y que era la misma cantidad de peregrinos que llegaron a Santiago ese mismo año.

Además de las conchas de latón, plata y oro que los peregrinos compraban en sus tiendas, también se adquirían unas cruces de plata, que eran una perfecta imitación de la Cruz de los Ángeles, en muchas ocasiones iban pendientes de los rosarios que se vendían en Oviedo y que les acompañaban en sus rezos durante el camino.

Realizados los actos de veneración, los peregrinos continuaban su camino hacia Santiago de Compostela por el Camino Primitivo.
Son esos peregrinos, sobretodo franceses, los que acuñaron  el dicho:

“El que va a Santiago

Y no va al Salvador

Visita al criado

Y olvida al señor”


Trasladémonos a la actualidad.

Observamos que pasados los siglos los motivos de la peregrinación han ido cambiando sustancialmente y también los peregrinos.

Seguimos encontrando el motivo religioso como la opción mayoritariamente reconocida al obtener la Compostela, pero acompañado de diversos motivos  culturales y sobre todo, de reto personal, al vernos capaces de superar las dificultades que el camino nos ofrece cada día, unido al ambiente de complicidad peregrina que nos convierte en mejores personas haciendo el camino.

Sea cual sea el motivo por el que empezaste el camino, éste desaparece y se diluye día a día pasando a ser secundario, para dar lugar a otra persona nueva al llegar a Santiago.

Espero que las peregrinaciones a San Salvador vayan en aumento y se reconozca este camino por los valores históricos y  culturales que nos ofrece.

Yo, que he recorrido muchos caminos, os puedo asegurar que no existe mejor manera de llegar a Santiago, que venir desde León a Oviedo por el Camino del Salvador y continuar por el Camino Primitivo.

Los mejores embajadores de este camino son los peregrinos que por aquí pasan y así lo cuentan por todas partes.

Termino con el saludo peregrino que se conserva desde la edad media  hasta nuestros días.


¡¡¡¡ ULTERIA ET SUSEIA!!!!


lunes, 11 de febrero de 2019

Camino Olvidado a Santiago


               CAMINO OLVIDADO

Durante Siglos este fue el camino utilizado por los peregrinos que iban a venerar la tumba del apóstol Santiago desde su descubrimiento en el año 813 hasta bastante avanzado el siglo XIII.

En este recorrido te llenaras de historia a través de antiguas villas romanas, descubrirás el patrimonio arqueológico con los menhires, castros, puentes, mezquitas, ruinas de antiguas ciudades, miliarios, castillos, murallas y torreones defensivos, palacios y distinta arquitectura popular, y todo ello a través de los mas bellos paisajes que nos ofrece su patrimonio natural, nuestros sentidos quedaran llenos de color, silencios y murmullos del viento y el agua.

En este camino podrás disfrutar de la naturaleza de los bosques más exuberantes, caminarás a la orilla de ríos y cascadas por calzadas milenarias, atravesarás parajes de pura montaña con senderos esculpidos en la roca, podrás imbuirte en la historia con la mayor representación del románico que puedas imaginar.

Si estáis interesados en saber más de este camino, en la página de Facebook de la Asociación Leonesa del Camino Olvidado podréis descargaros la guía de etapas de este precioso camino y obtener toda la información: 

https://www.facebook.com/Asociaci%C3%B3n-Leonesa-del-Camino-Olvidado-638038153073918/

 Si lo que buscas es un camino que te haga sentir, este es tu camino.

¡Ulteia et Suseia¡!!!!!