Si se sale de Agés, no hay que
andar mucho para, siguiendo una carretera local con escaso tráfico, llega a Atapuerca, situado cerca de unos famosos yacimientos
prehistóricos declarados Patrimonio de la Humanidad. Para los amantes de la
historia, en sus alrededores tuvo lugar en 1154 una batalla entre las tropas de
García de Navarra y Fernando I de Castilla, ganada por este último. Este hecho
se recrea todos los años en torno al 20 de agosto, en la Semana Medieval de
Atapuerca.
Saliendo de Atapuerca, se sube
una tachuela desde la que se divisa Burgos y se desciende atravesando los
tranquilos pueblos de Orbaneja-Ríopico
y Cardeñuela Ríopico.
Aunque el objetivo de este blog
es informar de los encantos, historia y leyendas de las distintas etapas del
Camino y no competir con las excelentes guías del Camino, sino complementarlas,
por esta vez quiero advertir que hay un punto en el que hay que elegir entre
dos variantes. La opción buena es girar a la izquierda bordeando el aeropuerto,
pues la variante que va recta atraviesa un horrible y ruidoso polígono
industrial.
Si se ha elegido la opción
correcta, se llega a un pueblo llamado Castañares,
ubicado al lado de la ruidosa carretera N-110. Aunque el recorrido oficial es seguir
esta carretera por otra pesadilla de polígono industrial, hay una variante no
histórica que cada vez es más seguida por los peregrinos y que no entusiasma a
los más puristas: cruzar el río Arlanzón y, por poco más de un kilómetro de
propina, entrar en Burgos por un delicioso parque con árboles, paseos, carriles
para bicicletas e incluso una playa fluvial.
Si se sigue esta maravillosa
alternativa heterodoxa, entrando en Burgos
es muy recomendable visitar la cercana Cartuja de Miraflores, que tiene en
su interior mucha historia y obras de arte como, entre otras, un magnífico
retablo mayor, el precioso sepulcro de alabastro de Juan II de Castilla e
Isabel de Portugal y una talla barroca de San Bruno –obra de Manuel Pereira– de
la que se dice que no habla porque es cartujo.
Seguiré hablando de Burgos en
otra entrada, que se lo merece.
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