Esta etapa, de unos 23 km, tiene
cuatro pueblos intermedios, lo que permite hacer varias pausas y, como vamos a
ver, tiene arte, historia y leyendas.
Se abandona Santo Domingo
atravesando un puente sobre el río Oja, que da nombre a la región de La Rioja y
cuyo cauce está seco en verano. Este puente fue construido por Santo Domingo,
aunque el actual es una reconstrucción.
El primer pueblo al que se llega
es Grañón, del que dijimos que era un buen final de etapa alternativo. Antes de
llegar a este pueblo, se pasa junto a la Cruz de los Valientes que, aparentemente, no tiene nada de
especial, pero sí que lo tiene. Según una leyenda local, las localidades de
Santo Domingo y Grañón tenían un conflicto por un encinar y, para resolverlo,
decidieron organizar en ese lugar un combate sin armas cuerpo a cuerpo entre dos hombres, uno de cada
pueblo. Resultó vencedor el representante de Grañón, aunque murió días después
como consecuencia de las heridas. En la actualidad, las dos poblaciones conmemoran
este hecho con una romería, una ofrenda floral y una comida de
confraternización a base de caparrones.
Ya en Grañón, último pueblo de La Rioja, lo más destacable es su iglesia
de San Juan Bautista. Por fuera es bonita, pero no espectacular. Lo que sí es
espectacular es su magnífico retablo renacentista, que fue diseñado por el genial Damián
Forment mientras trabajaba en el retablo Santo Domingo (véase la entrada anterior), aunque no vivió para ejecutarlo.
Esta tarea correspondió a su sobrino Bernal Forment, junto con el escultor Juan de Beaugrant y el pintor Francisco de Lubiano. Afortunadamente, la iglesia
abre temprano, por lo que es fácil de visitar.
Saliendo de Grañón entramos en la
comarca de la Riojilla Burgalesa. El primer pueblo burgalés es Redecilla del Camino, que tiene un
bonito palacio blasonado y, en el interior de su iglesia, la mejor pila
bautismal del Camino, labrada en el s. XII y que representa la Jerusalén
celeste. En caso de estar abierta la iglesia, es inexcusable su visita.
Los otros dos pueblos intermedios
son Viloria de Rioja y Villamayor del
Río, El primero de ellos es localidad natal de Santo Domingo y en cuya
iglesia está la pila bautismal en la que fue bautizado y una estatua suya.
Lamentablemente, su casa se derrumbó hace unos años. El segundo conserva un
antiguo hospital de peregrinos.
En cuanto a Belorado, situada a los pies de un castillo, el Camino y su
industria peletera le da vidilla y tiene todos los servicios, incluida Oficina
de Turismo, que siempre recomiendo visitar. Sin pretender quitarles trabajo, lo
que recuerdo con más cariño son sus dos iglesias, dedicadas a Santa María y San
Pedro, que guardan buenos retablos barrocos y, sobre todo, su bonita y típica
Plaza Mayor castellana, con quiosco de música en el centro, árboles y
soportales.
Como anecdótico, a lo largo del
Camino, además de mirar las casas típicas de su centro histórico, hay que mirar
al suelo, pues tiene esculpidas baldosas metálicas con la mano y el pie de
personajes del deporte, la cultura, la empresa, etc. que tienen alguna relación
con el Camino.
Saludos cordiales y buen Camino,
No hay comentarios:
Publicar un comentario