Al igual que en otras ocasiones,
me resulta muy difícil recomendar un final de etapa. He pernoctado en
Molinaseca y en Ponferrada y ambas son magníficas opciones y, si no hay
inconveniente en andar por la tarde, es posible una opción intermedia que es
comer con tranquilidad en Molinaseca y dormir en Ponferrada.
En mi opinión, hay etapas que
tienen paisaje más bonito y etapas con más y mejor patrimonio, pero la
combinación de un bonito paisaje con preciosas aldeas de montaña y un estupendo
final en Molinaseca o Ponferrada, hace que sea mi etapa favorita.
Si se ha pernoctado en Rabanal, se
comienza la etapa subiendo un puertecito entre arbustos durante unos 5 km para
llegar a Foncebadón, un pueblo en
estado ruinoso que, si lo arreglasen, podría ser una pocholada, pero no parece
interesar mucho a los gestores públicos. En su favor hay que decir que hay buen
ambiente peregrino.
Es posible que en esta localidad
tuviese un concilio que tuvo lugar en el s. X para tratar de los robos y
asesinatos, aunque no es seguro del todo. Lo que sabemos es que tuvo lugar en
el Monte Irago, que es como se conocía entonces a lo que hoy se llama Puerto de
Foncebadón.
Continuamos andando unos
kilómetros en una cuesta arriba casi imperceptible para llegar a la Cruz de Ferro, uno de los hitos del
Camino por tres motivos: por ser el límite entre las comarcas de La Maragatería
y El Bierzo, por ser el techo del Camino y por el conocido rito de arrojar una
piedra al montículo de piedras que hay bajo la cruz.
Al parecer, esta costumbre se
realizaba en honor de Mercurio, pero un eremita llamado Gaucelmo la cristianizó
y simboliza la solidaridad entre los caminantes de todas las épocas.
La comarca de El Bierzo suele
sorprender gratamente a los que la visitan por primera vez por varias razones:
por su bonito paisaje, más parecido al de Galicia que al de Castilla y León
(habría que matizarlo en el caso de los viñedos), por su bonita arquitectura
popular, de la que enseguida hablaré y, por su patrimonio cultural e histórico,
más rico de lo que se suele esperar.
Tras unos pocos kilómetros de sube-baja, llegamos a Manjarín, una aldea abandonada que también es un hito del Camino gracias a Tomás. Es mucho lo que podría decir de este hombre bondadoso amigo de los peregrinos, así que, para no enrollarme, pongo un vídeo (hay más en la red) y un enlace. Actualmente, frecuenta menos su fundación a causa de un problema cardiaco, pero siempre hay templarios y es un buen lugar para tomar un café y disfrutar de una agradable conversación con buena música de fondo con los que continúan su obra.
Se reconoce el lugar por los carteles que indican la distancia a Santiago y a muchos otros lugares: Trento, Machu Pichu, etc.
Se reconoce el lugar por los carteles que indican la distancia a Santiago y a muchos otros lugares: Trento, Machu Pichu, etc.
Desde Manjarín hasta Molinaseca
toda la etapa es en continuo descenso y con un magnífico paisaje. Después de 8
kilómetros de bajada está El Acebo,
una preciosa aldea de montaña con la típica arquitectura berciana: tejados de
pizarra, pared de piedra y balcones de madera. Antaño, esta población estaba
exenta de impuestos a cambio de colocar 800 estacas que señalasen el camino a
los peregrinos.
No muy lejos de ahí, aunque fuera
del Camino, hay una ferrería medieval que funciona con agua y está catalogada
como Bien de Interés Cultural.
Salimos de El Acebo pasando por
un monumento al bicigrino Heinrich Krausse, que falleció en un accidente. Como puede verse, el monumento representa una bicicleta con las ruedas rotas.
Continuando el precioso descenso entre montes llegamos a Riego de Ambrós, otra bonita aldea típicamente berciana, en la que
recomiendo echar un vistazo a la iglesia de Santa María Magdalena.
Si el tiempo acompaña, los poco
más de 4 kilómetros que quedan hasta Molinaseca son realmente deliciosos, entre
plantas aromáticas y castaños. Aunque, cuando se ve la meta o un pueblo
intermedio es habitual tener ganas de llegar, esto no me ocurre en este tramo,
en el que el paisaje y la visión de los tejados de Molinaseca hacen que desee
que no se acabe nunca (exagerando un poco).
Como veo que me he extendido un
poco, dejo Molinaseca y Ponferrada para la siguiente entrada.
Saludos cordiales y buen Camino,
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