Como dije en la anterior entrada sobre el Camino del Norte, si se llega a Bilbao desde Gernika, es más que conveniente
quedarse el día siguiente en Bilbao. En cambio, si se hace la mini-etapa
Lezama-Bilbao, es posible disfrutar de esta ciudad en condiciones.
Durante muchas décadas era
habitual decir que Bilbao era una ciudad industrial muy fea pero, tras una espectacular
transformación urbana realizada a finales del s. XX y comienzos del XXI como consecuencia de la crisis industrial, ya no
puede afirmarse tal cosa.
Atravesada por el río Nervión
(ría de Bilbao), la Villa de Bilbao tiene siglos de historia y fue fundada en
1300 por D. Diego López de Haro que, como dijimos en otra entrada, está
enterrado en Nájera, en el Camino Francés.
La entrada a Bilbao se hace
bajando muchas cuestas y escaleras, siendo el primer lugar de interés la
basílica de Begoña, del s. XVI y declarada Bien de Interés Cultural, en donde se venera a la patrona de Bilbao, conocida popularmente como Amatxu (mamá).Es recomendable visitar su interior para admirar sus bóvedas, además de poder contemplar la talla gótica de la Amatxu.
Una vez instalados (si se ha
hecho la mini-etapa) o después de desayunar, hay bastantes cosas que se pueden
hacer en Bilbao. Aunque, como de costumbre, recomiendo ir a la Oficina de
Turismo, os cuento algunas de ellas.
Lo más conocido de Bilbao, situado junto a la ría, es el perro Puppy y su espectacular caseta, diseñada por Frank Gehry, uno de
los mejores arquitectos vivos, que practica un estilo llamado Deconstructivismo.
La caseta de Puppy, inaugurada en 1997, es conocida como “Museo Guggenheim” y está decorada con una
importante colección de arte contemporáneo que puede visitarse.
Inciso: como me consta que este
blog lo visita gente de muchos lugares del mundo, aclaro que los bilbaínos se caracterizan por su humildad ;). Por ejemplo, existe un grupo
en Facebook que se llama: “Bilbao, capital del mundo”.
Bilbao también alberga una
magnífica colección en su Museo de Bellas Artes que, en mi opinión, no hay que
dejar de visitar. Además de obras de pintores vascos, alberga una buena muestra
de obras que abarcan desde el s. XII hasta la actualidad y que incluye cuadros
de El Greco, Zurbarán, Ribera, Goya, Madrazo, Gauguin, etc.
Este museo está ubicado en el parque
de Doña Casilda -así llamado en homenaje a la mujer que donó el terreno-, un
bonito parque de estilo inglés y que cuenta con estanque, fuentes ornamentales y estanque con animales, entre otros atractivos.
Cerca de este parque está el moderno
palacio de congresos y auditorio Euskalduna y, mirando hacia la otra orilla de la ría, se ven los
edificios de la histórica Universidad de Deusto.
Volviendo de nuevo a la caseta de
Puppy, recomiendo pasear junto a la ría en dirección sur. De esta forma, sin
abandonar su compañía, podremos ver el Ayuntamiento y, cerca de ahí, el parque
del Arenal, en donde está el decimonónico Teatro Arriaga, que se inspira en la Ópera de
Paris y cuyo nombre recuerda a uno de los hijos más ilustres de Bilbao: el
joven compositor Juan Crisóstomo de Arriaga (1806-1826). Si miramos de frente, al otro
lado de la ría veremos la bonita estación de Bilbao-Concordia, de estilo
modernista que, en su interior, tiene una gran vidriera.
Junto al Arenal y el Arriaga está
el Casco Histórico, conocido como Las Siete Calles. Además de ser un buen lugar
para ir de bares y de pintxos o de ver tiendas, tiene casas y palacios
blasonados, así como la Catedral de Santiago.
También es recomendable pasear
por el Ensanche. En concreto, mis sitios favoritos son la Plaza Moyúa y el
edificio de la Diputación de Bizkaia. A los futboleros (yo no lo soy)
probablemente también les guste el estadio de San Mamés, al que llaman
humildemente “La Catedral”.
Por último, no quiero dejar de
mencionar los fosteritos, que es el
nombre que reciben las entradas al metro de Bilbao, llamadas así en honor al
constructor de esta infraestructura, el famoso arquitecto Norman Foster.
Saludos cordiales y buen Camino,
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