Algunas guías proponen acabar la
etapa que sale de Gernika en Bilbao, lo que supone unos 33 km hasta la Catedral
y, dependiendo del alojamiento, puede ser algo más corta o alargarse hasta los 36 km, aproximadamente. En cambio, otras guías sugieren hacer una etapa a Lezama (unos 22
km) y una mini-etapa a Bilbao de unos 11 km.
Aparentemente, con la primera
opción se adelanta un día, pero a menudo no es así, porque muchos de los que
hacen eso necesitan dedicar buena parte de la tarde a descansar y deciden
quedarse un día más para conocer Bilbao como es debido.
En esta entrada voy a tratar de
la alternativa larga, que fue la que hice –y me cansé bastante, aunque más por
el calor que por la distancia–, aunque sin recomendar ninguna de las dos
opciones en concreto, siempre y cuando no se deje de visitar Bilbao en
condiciones.
Después de la salida de Gernika,
la etapa comienza como las anteriores: cuesta arriba y entre bosques. Los
primeros 17 kilómetros, en los que hay subidas y bajadas no muy duras, resultan
muy agradables, pero luego se fastidia con la cercanía al Gran Bilbao.
El primer punto intermedio con
bar es Goikoelexalde, situado a unos
17 kilómetros de Gernika. Al parecer, su iglesia guarda uno de los mejores
retablos de Bizkaia, aunque la encontré cerrada, por lo que no puedo daros una
opinión de primera mano.
Tras andar 1,5 km más, el Camino
roza Larrabetzu, una localidad de
menos de 2.000 habitantes, pero recomiendo dedicar unos minutos para entrar en
ella y contemplar su iglesia neoclásica, trazada por Ventura Rodríguez, así
como las calles de su bonito casco histórico, declarado Conjunto Monumental.
Como he dicho al principio, hay
que decidir si quedarse aquí o si continuar hasta Bilbao. Si se decide seguir,
hay que pasar otro pequeño infierno de unos 3 km andando por las aceras de la
carretera nacional hasta Zamudio.
Cuando yo fui por ahí, en verano de este año, recuerdo una flecha amarilla que
indicaba un atajo. Aunque no sé adónde llevaba (hay mucha picaresca por parte
de algunos que pintan flechas apócrifas para llevar a los peregrinos a sus
negocios), en caso de que siga existiendo, hay que ignorarla y seguir por el
Camino oficial, que nos permitirá ver la señorial Torre de Malpica.
En el descenso, hay unas buenas
vistas del Gran Bilbao, pudiendo verse hasta la desembocadura del Nervión. La
entrada a Bilbao se hace bajando escaleras y cuestas por el barrio de Begoña
pero, como Bilbao da bastante que hablar, prefiero dejarlo para la siguiente
entrada.
Saludos cordiales y buen Camino,
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